Pero al final, ¿qué es eso de Europa?
Cuando me preguntan cuál es mi profesión, siempre hago una pausa antes de contestar, porque no siempre es fácil explicar lo que se hace en mi trabajo: preparar proyectos financiados o cofinanciados por la Comisión Europea. Normalmente, la reacción de quién me ha preguntado es de perplejidad: “¡Ah…! Y eso, ¿qué es?”
Hace ya muchos años que aprendí que no siempre es fácil explicar lo que hago, ni doy por supuesto que la gente conoce las complejidades (o simplezas) de todo lo que hay detrás de eso que se llama “la Europa de los 27”, la “Unión Europea”, la “Comisión Europea” o el todavía usado (aunque no se debe) “Comunidad Económica Europea”
En mis cursos de formación siempre empiezo preguntando si alguien sabe decirme qué es la Unión Europea, para así saber a qué público tengo enfrente, a qué nivel de conocimiento o mezcla de conocimientos tengo que poner el listón. En general, mi explicación es siempre la misma: la Unión Europea es como un club privado, con 27 miembros, que pagan una cuota plurianual y que con ella pagan los gastos de todos, invitando también a participar a otros países que no forman parte del club.
Esta forma tan simplista de definir el entramado de organismos, políticas, procedimientos, presupuestos, etc.… suele ser la que, desde mi experiencia, todo el mundo entiendo y a partir de la que empiezan a preguntar y puedo adecuar la formación a las necesidades de la audiencia.
No quiero extenderme aquí con todas las explicaciones, pues si algo tiene de bueno la Unión Europea, es una web, en todos los idiomas oficiales de la misma, accesible y entendible, que recomiendo visitar y dedicar un par de tardes a investigar, pues si no encuentras lo que buscas, siempre hay una dirección de correo electrónico (un helpdesk) que habitualmente contesta de forma rápida y concreta a lo que se pregunta. Dicha web se encuentra en la dirección https://europa.eu/european-union/index_es
Otra cuestión que también suele suscitar confusión es el término “fondos europeos”, más en boga todavía por los famosos “Fondos de Recuperación y Resiliencia” a raíz de la ya consabida y por todo el mundo conocida pandemia.
Aquí también es simple hacer un matiz diferenciador entre lo que son los fondos y lo que es la financiación por programas. En el primer caso, los fondos (los “grandes dineros” como el Fondo de Recuperación) son una parte de esa cuota que pagan los miembros, apartada en un saco común que sirve para apoyar las grandes políticas europeas en lo que se refiere a cohesión, como el Fondo Social Europeo – FSE (centrado en personas, en empleo, en educación), el Fondo Europeo de Desarrollo Regional – FEDER (infraestructuras, autopistas, aeropuertos) y otros más, que Bruselas envía directamente a los estados miembros para que los gestionen a través de los correspondientes mecanismos gubernamentales: aquí sólo pueden entrar las autoridades públicas y entidades de utilidad pública.
La otra gran vía de financiación, la de los programas, se apoya en el diseño de un conjunto de medidas que financia o cofinancia (no siempre la Unión Europea subvenciona el 100% de los gastos) proyectos dirigidos a responder las necesidades en el marco de las políticas comunitarias de educación, como en el caso del programa ERASMUS+, de investigación, como HORIZONTE EUROPA, o de las PYMES, como el COSME. Todos y cada uno de ellos normalmente gestionados por una serie de agencias ejecutivas que, para entendernos, hacen lo mismo que la agencia tributaria española en favor del Ministerio de Hacienda: publicar convocatorias, gestionar las solicitudes, subvencionar los proyectos aprobados, controlar los gastos justificados… realmente, nada nuevo.
Entonces, ¿por qué es tan difícil de entender cuál es mi profesión?
Muy sencillo: hay una combinación de exceso de información (sobre todo en las redes) con una carencia de la misma en lo que respecta a cómo realmente beneficia la Unión Europea, a través de la Comisión Europea (su mano ejecutora) y de sus Direcciones Generales (como en cualquier comunidad autónoma española) que, en definitiva, forman un bosque tan denso que no permiten ver el árbol.
Y luego la multitud de actores involucrados (estados miembros, autoridades públicas, instituciones privadas, consultores, agencias de desarrollo local) crean un menú un tanto abigarrado, en el cuál uno se pierde un poco a la hora de pedir la comanda.
No es tan complicado. Sólo hay que dedicarle un par de tardes, preguntarla a las personas adecuadas y seleccionar la información precisa.
Y si aun así sigue perdido, no dude en llamarnos. Seguro que le damos la respuesta que busca, o conocemos a quien se la podría dar.